Hermanas de la Divina Providencia
¿Quién hubiera creído que el béisbol me inspiraría a dedicar mi vida al servicio de los demás? En el séptimo grado me sentí devastada cuando mis padres me cambiaron a una escuela católica en la ciudad donde vivíamos; El Paso, Texas. Pero yo tenía un plan. Era una buena estudiante pero decidí reprobar el año. Al menos ese era mi plan hasta que descubrí que mi «hermana favorita» en el colegio también era la entrenadora del equipo de béisbol. Yo quería estar en el equipo pero necesitaba tener buenas calificaciones para ser aceptada.
Después asistí a una preparatoria católica para niñas en Castroville, en las afueras de San Antonio. Fue entonces cuando consideré por primera vez la posibilidad de entrar a la Congregación de la Divina Providencia. Me inspiraron las hermanas que fueron mis maestras y después de graduarme, entré a la Congregación y estudié una licenciatura en matemáticas. Luego fui maestra de matemáticas a nivel preparatoria en Tulsa, Oklahoma y más tarde regresé a San Antonio.
Siempre había querido seguir estudiando, así que ingresé a la Universidad de Texas, en Austin en 1980 para hacer un doctorado en Psicología Educativa, en el campo de las estadísticas y los métodos de investigación. Después pasé ocho años dando clases en la Universidad de Wisconsin en Milwaukee y fui investigadora posdoctoral en la Universidad de Indiana con una beca del Instituto Nacional de Salud Mental. También he dado clases en la Universidad de Texas en Austin y coordiné un programa de investigación patrocinado por la Universidad. Esta investigación estaba diseñada para hacer la educación superior más accesible a todos los estudiantes que terminan la preparatoria en Texas. Ahora soy Directora Asistente en la Universidad de Santa Clara en California. El gusto por el béisbol despertó mi interés, pero el amor de Dios me mantuvo en marcha.